De violaciones

Que parece que voy a abrir una sección sobre las columnas de los domingos de Marías, pero no.

Tan sólo que acabo de leer El País Semanal de ayer y ha caído La historia doblemente increíble, sobre el caso Dominique Strauss-Kahn. Para que os hagáis una idea, el destacado es la siguiente frase: "No se puede sujetar a una persona y atinar, al mismo tiempo, a introducirle el miembro en la boca". Tal comentario viene acompañado de perlas similares: "Sin un arma para amenazar, o sin unos golpes previos para amedrentar (y nada de esto se ha mencionado), tal situación es imposible"; "Igual de difícil o más es -otro de los cargos barajados por la prensa- forzar a alguien analmente si el forzador no porta un arma -insisto- o no ha intimidado antes a la víctima con violencia"; "Se puede gritar y se puede salir corriendo, lo cual logró hacer la mujer finalmente, pero al parecer sólo después de la doble humillación de que fue objeto. La verdad es que nada casa".

En fin. Parece que hay que seguir insistiendo en que "no significa no"; en que el consentimiento debe darse durante toda la relación y no sólo al principio; en que éste significa decir que sí y no sólo no decir que no; en que una violación no exige que lx agredidx (más que generalmente la agredida) tenga lesiones que demuestren que se resistió violentamente; en que si no hubo resistencia desaforada no significa que en el fondo lo deseara...

En que, definitivamente, Javier Marías es un sexista impresentable. En que el mundo está lleno de ellxs.

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