Margaret


Es más fácil tener que ser.
Margaret

Llevo mucho tiempo interesada en las teorías acerca de la construcción identitaria. Anteayer me leía Construcción de la subjetividad femenina, una recopilación de Almudena Hernando (2000) de las ponencias del seminario homónimo que el Instituto de Investigaciones Feministas de la Universidad Complutense celebró en Madrid.

Al mismo tiempo que leía el ensayo con que la propia Dra. Hernando había contribuido a la edición, me choqué con el "Corto de la semana" del diario El País: Uniformadas, de Irene Zoe Alameda. Para quien no tenga tiempo o ganas de ver los doce minutos de cortometraje, aquí se puede ver el tráiler. Uniformadas sigue a una niña de ocho años que se enfrenta a una educación encorsetada en los esquemas de género y que, enfrentada a mensajes contradictorios y atraída por una compañera de clase a la que besa...

-Ven conmigo al armario.
-¿Para qué?
-Tú ven, que te voy a contar un secreto.

... se siente tremendamente confusa.

-Margaret, what do you want to be when you become a grown-up girl?
-Mmmm... A man.

Cuando alguien quiere diluir las categorías de hombre/mujer/transgénero, homosexual/heterosexual/polisexual... me siento ofendida en mi identidad de mujer homosexual. Influida por cierto radicalismo lesbiano y feminista de los años sesenta y setenta, no puedo evitar sentir que el borrado que algunxs teóricxs queer tratan de hacer sobre mi identidad, no hace más que invisibilizar las raíces de las discriminaciones que puedo/podemos sufrir.

Por otro lado, cuando en mi entorno se acepta la premisa de las diferencias biológicas insalvables entre las categorías de hombre/mujer, también me siento ofendida, algo que me ocurrió con lo sucedido, y ya comentado, en el IV Congreso Internacional de Feminismo Islámico.

Supongo, entonces, que lo importante para mí es la instrumentalización de las identidades políticas. Mi autodesignación de mujer no se basa en la identificación con un grupo por motivos biológicos, sino en la autodeterminación de una comunidad de individuos que sufren una discriminación concreta. Asocio la disolución de esa etiqueta de "mujer" al presupuesto de que esa discriminación concreta ya no existe, hecho con el que no estoy en absoluto de acuerdo.

Entiendo que las identidades políticas tienen el problema de que, a veces, corremos el riesgo de creérnoslas y convertir la instrumentalización en fin en sí mismo. Entiendo, asimismo, que la reafirmación de la identidad de mujer puede confundir a quien te escucha, que puede terminar relacionándolo con diferencias de base entre las categorías de hombre y mujer. Entiendo que es difícil defender que partamos de las categorías hombre/mujer para que, cuando el debate avance, retrocedamos y olvidamos lo aprendido para continuar con una perspectiva genderqueer.

Al mismo tiempo, comprendo perfectamente la postura de mujeres lesbianas feministas que, como Beatriz Gimeno en España, comprenden la identidad lesbiana como una opción política, independientemente de que haya o no sido mi caso (yo me autodesigné lesbiana mucho antes de conocer toda esa lucha, antes siquiera de autodesignarme mujer).

Sin embargo, esas mujeres lesbianas que no son mujeres porque no forman parte del sistema económico-político-social heterosexual, ¿pueden mantener relaciones con hombres/transgénero que también hayan decidido salirse de ese dispositivo? ¿Las lesbianas dejan entonces de ser mujeres, de ser lesbianas y se convierten en transgénero polisexuales?

Sé que este debate no es, en absoluto, nuevo. También sé que hay infinitas respuestas a estas preguntas pero que yo, ya que llevo poco tiempo sumergida en estos mundos, no conozco. Mi problema es que, siendo yo novata en este área, me convence cada texto que leo.

En principio, comparto la instrumentalización de las identidades con fines políticos/reivindicativos y comparto la creencia en que las categorías hombre/mujer y hetero/homosexual son constructos. Mi mayor problema nace, entonces, cuando me enfrento a la transexualidad o al caso David/Brenda (en français pour maman). Con esto, me cuesta aceptar definitivamente la idea de que la identidad sexual, así como la identidad de género, son constructos sociales o instrumentales.

Estoy perdida, tan perdida como Margaret, protagonista de Uniformadas.

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